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Necesito ayuda… -¡Yo, soy tu Coach!


Hay “coach” para todo, también en el campo espiritual, pero ten cuidado y no te dejes guiar por cualquiera.

Me he dado cuenta de una cosa. La gente necesita buenos líderes, guías consecuentes que luchen por sus ideales y practiquen aquello que predican. El mal ejemplo de algunos pastores de diversas confesiones religiosas han ido alejando poco a poco a gran número de personas, claro, la gente quiere coherencia. Si usted viene a enseñarme algo y a invitarme a cambiar de vida, mínimo que se crea lo que me dice. ¡Todos buscamos coherencia en nuestros líderes! Por eso duele tanto cuándo los políticos roban, cuando los religiosos abusan, cuando los dirigentes engañan o cuando los superiores mienten. Toda esta ola de desconfianza ha generado que en lo sucesivo se creen corrientes de “liderazgo espiritual” que dicen darte claves del éxito interior. ¿Qué es eso? Desentrañemos un poco la cuestión.

Desde hace unos años que ha comenzado a aparecer en las redes sociales los llamados “spiritual coach”, una especie de líder con habilidades espirituales que busca compartir con los demás su experiencia en este campo. ¿Son cristianos, ateos, agnósticos? Hay de todo, pero quiero detenerme aquí en los “coach” católicos. Un coach, en español “entrenador”, es aquel que te dirige en una cierta disciplina, te guía, te orienta y te da claves para progresar en ella. Un coach católico, es aquel que te motiva a diario, que intenta ayudarte a llegar a Dios, que te da esas frases de película, por ejemplo “tú eres capaz de llegar muy alto, sólo confía en tus capacidades” o “el único límite de tus metas eres tú”, etc. Es una mezcla de motivaciones humanas (en el sentido más terrenal de la palabra) con motivaciones superiores o espirituales. Pero, ¿en qué afecta esto a la fe?

La Iglesia desde sus inicios ha confiado a pastores el desarrollo y cuidado de la iglesia local, por ende la figura de un líder es esencial. Este líder se configura como un llamado por Dios a una misión particular, no como alguien que elige una carrera y trabaja en ella. Aquí está la diferencia clave entre vocación y trabajo. Los “coach” vienen a ser una especie de líderes católicos que orientan al pueblo de Dios, sobre todo en ámbito digital, pero a mi juicio carecen de una sólida preparación o a veces se quedan en cosas demasiado terrenales. Conozco a algunos jóvenes que hacen este “coaching” en internet, y la verdad es que me gustaría más que fuesen a lo esencial de nuestra fe: los sacramentos, el encuentro con Cristo, la vida de oración, etc. Suelen quedarse en cosas más accidentales. Además, y no quisiera generalizar, hay quienes buscan más ganar seguidores que comunicar el mensaje de Cristo.

¿Confiar o no confiar? He ahí el dilema…


Ya hablamos de la gran desconfianza que afecta al mundo de hoy, por eso es importante que quienes buscan a Dios con sincero corazón se acerquen a aquellos que pueden realmente ayudarles, no a quienes con afán de seguidores anuncian entre “parafernalia” y maquillaje un mensaje caducado y deficiente.

Quizá es un poco crítico llamarlo así, pero ¿vale la pena oponerse a ellos? No, creo que no. De cierta forma ayudan al anuncio de la Buena Nueva. Además es muy difícil hacerlo, es mejor ser uno mismo auténtico testimonio de Cristo, de modo tal que “brille así la luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los Cielos” (Mateo 5:15). ¡Gran misión tenemos por delante! Reavivar la fe de la Iglesia.

Pero, creo conveniente advertir a mis hermanos sobre quienes no tienen una auténtica intención de guiar a sus hermanos en la fe. Jesús habló de esto a menudo. Uno de los pasajes más fuertes, pero que mejor retratan esta realidad, se encuentra en Mateo 15:14:

«Déjenlos, son ciegos guías de ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo”

Y en otro pasaje dice (Mateo 23:2–5):

«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan y cumplan todo cuanto les digan; pero no obren como ellos, pues dicen pero no hacen. Atan cargas pesadas e insoportables y las echan sobre los hombros de los demás, pero ellos ni con uno de sus dedos quieren moverlas. Hacen todas sus obras para que les vean los hombres».

¡Hombre, hay que tener ojo! Pero tampoco podemos desconfiar de todo lo que aparece por ahí en la red. Yo creo que “por sus frutos los conocerán”, si sus frutos hablan de santidad y buenas obras irás por buen camino; si hablan de fama, riqueza y popularidad, la cosa no va muy bien. La humildad y la sencillez son secretos de la vida espiritual que pueden aplicarse al contenido de ponemos en Internet y a cómo nos relacionamos con los demás. Buscar hacer la voluntad de Dios es clave, porque recordemos que no somos meros trabajadores, somos llamados por Dios a una misión: guiar y acompañar al pueblo de Dios en su peregrinación por esta tierra hacia la Patria Celeste.

Así que ánimo. Tengan cuidado, los “coach espirituales” abundan por ahí, no vaya a ser que justo te toque aquel que sólo busca fama y popularidad. Confía en Dios, refúgiate en Él y verás que lo demás dejará de preocuparte tanto. Busca la compañía presencial de buenos pastores, de amigos, de conocidos, de familiares que te lleven a Dios y no reduzcas esta búsqueda al ámbito digital.

Por último quisiera dejarles un versículo del Evangelio, continuación del pasaje escrito anteriormente, está en Mateo 23:12. Memorízalo y guárdalo en tu corazón, será de gran ayuda en momentos difíciles, te ayudará en tu camino hacia Dios y será la clave para reconocer a un auténtico servidor de Él:

«El que se ensalce será humillado y el que se humille será ensalzado».

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