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¡No me sé ningún versículo bíblico! ¿Cómo aprenderlos?




Para evangelizar es necesario conocer la Palabra de Dios. No resulta ser tan fácil cuando tenemos mala memoria o no le dedicamos el tiempo suficiente. Les voy a compartir una forma de aprender citas bíblicas que les será de gran utilidad en su apostolado y vida cotidiana.


1. Ten un verdadero interés por la Biblia


“El interés tiene pies” dicen por ahí. Esto es parte esencial. Cuando tenemos una motivación todo se hace más fácil y ligero. Por eso si quieres aprender de verdad algunos pasajes bíblicos, interésate por ello y pone todos los medios posibles para lograrlo. No es tan fatigoso cuando sabes por qué lo haces. No es aprender por aprender o simplemente un deseo de conocer más, es para comunicar la fe y ayudar a construir el Reino de Dios en la tierra. Si esta es tu motivación vas por buen camino y estás listo para comenzar.


2. Identifica los pasajes que más te gusten

Siempre hay pasajes que nos dan mayor luz en el alma o nos ayudan a reflexionar más sobre nuestra vida. Piensa un momento de qué pasajes te acuerdas más… Esos son precisamente los primeros que vas a aprender. Por ejemplo, yo recuerdo ahora el pasaje: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré”, y me doy cuenta de que me ayuda mucho a mi vida espiritual. Entonces empiezo por esos versículos. Los busco en la Biblia y anoto entre paréntesis su ubicación exacta. No importa que rayes tu biblia, puedes subrayarla, destacar los párrafos, poner marcadores, etc. Lo importante es que sepas dónde están los versículos que te interesan.

3. Hacer de la Biblia parte de mi vida

Hoy en día es más fácil llevar la Biblia a todas partes. La clave es leerla, leerla y releerla. Si puedes tener la App, ¡genial! Revisa el post en donde te compartimos la versión de la Biblia de Jerusalén para smartphone. Debes llevarla a todas partes. En tu cartera, en la mochila, en el bolsillo (si es pequeña)… Cuando viajas en bus, léela. Al salir al campo, léela. Cuando pases por una iglesia, entra y léela la Biblia. Te ayudará mucho para ir identificando los pasajes bíblicos que quieras aprender. Mientras esperes a un amigo, a una amiga, o cuando estés comiendo a medio día, lee la Biblia. No cuesta nada, es muy fácil.


2. Identifica los pasajes que más te gusten

Escribe cada versículo en un papel de diferente color junto a la cita bíblica. Puedes escoger los colores de acuerdo al tema o como más te ayude a organizarlos. Pégalos donde los puedas ver. Te aconsejo no anotarlos en las “notas” de tu teléfono, ya que seguramente jamás las verás. Debes tenerlos en un lugar visible. Por ejemplo en un cuaderno de física, o matemáticas, o comercio, etc. Aquél que sabes que tendrás que abrir seguido. En la libreta de notas, en la agenda, en tu libro favorito, etc. En el espejo, en la pared de tu cuarto, en la puerta. En la taza de café, en el refrigerador, en el televisor. Puedes tenerlos en todas partes, así sabrás identificar un pasaje con una cosa y llegarás más fácil a él.

5. Habla de la Biblia con constancia

Una vez que hayas escrito los versículos es bueno sacarlos a la luz. Habla de ellos, cítalos de vez en cuando. En la pastoral juvenil, en la universidad, en el colegio. Cuando estés con un amigo y necesite consejo, cítalo. Si no te acuerdas, míralo, poco a poco irá quedando en tu memoria, y lo más importante en tu corazón.

«El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.» (Lc. 6, 45)


Si para ti es importante aprender pasajes bíblicos, te será fácil si lo vas trabajando. Lo importante, como ya decía antes, es saber para qué lo haces. Piensa en los apóstoles, en San Pablo, en los papas de la Iglesia, en los obispos, en los sacerdotes y religiosos, todos ellos han sabido darle un lugar especial a la Palabra de Dios en su corazón y en su mente. La iglesia necesita niños, jóvenes y adultos formados en la fe, que sean capaces de responder a las preguntas de sus cercanos con humildad y verdad.

No te olvides de compartir estos tips con tus hermanos de comunidad, en tu parroquia o quien desees. Que el Señor proteja tus pasos y te ayude a conocerlo cada día más.

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